Las aplicaciones de agua con fines terapéuticos, constituye uno de los más arcaicos procesos curativos de los que dispone la humanidad desde sus orígenes. Para los antiguos, el agua era elemento sagrado, incluso sujeto de culto y respeto. Por lo mismo, hindúes y hebreos usaban agua en sus ceremonias como símbolo de purificación.
Si bien la kinesiología como tal tiene sus inicios en los años cincuenta, la hidroterapia ha sido utilizada desde la antigüedad griega con Hipócrates; quien fue el primero en darle un sentido más racional. Él, consideró la enfermedad, una falla en los humores corporales, y utilizó el agua, para dar el equilibrio natural al organismo. Así, recomendó más, para calentar el cuerpo, los baños fríos con ejercicio, que los baños calientes, ya que tras estos, el cuerpo se enfría; empleó el agua fría para dolores articulares por procesos inflamatorios, como la Gota, y contracturas musculares; agua de mar para erupciones cutáneas, heridas simples y llagas. Recomendó el uso de chorros de agua caliente para el insomnio, dolores y espasmos musculares. En la Europa barroca, se recomienda el uso de hidroterapia, balneoterapia e hidrología. En España, “el médico del agua” daba de beber grandes cantidades de agua a sus pacientes febriles. En el siglo XlX, Vinzenz Priessnitz, usó compresas de agua fría, en sus costillas rotas. Debido a la gran eficacia de éstas, elaboró un sistema terapéutico para tratar contusiones, heridas, erupciones cutáneas y fracturas.
Con los descubrimientos del Dr. Palmer (creador de la Quiropraxia) y los médicos Bennet y De Jannette, se mostró cómo reajustar los huesos por medio de la estimulación de los músculos, a través de puntos reflejos Neurovasculares y Neurolinfáticos.
Fue el Dr. Goodheart, de Detroit Michigan, el que descubrió en 1964, basándose en estos antecedentes, que los músculos débiles se podían fortalecer rápidamente, buscando la relación entre estos y los puntos reflejos descubiertos por Bennet y de Jannette. Entonces, comienza a analizar interrelación de los procesos fisiológicos y la anatomía del cuerpo humano con el movimiento, es decir, los principios de la kinesiología. Así, se creó un grupo que desarrolló con profundidad los tratamientos y manipulaciones quiroprácticos, comprobando la fuerza del músculo; para, posteriormente, crear las bases de la Kinesiología Aplicada. Uno de estos investigadores, el Dr. John F. Thie, escribió el libro "Toque para la Salud” (en 1973, y posteriormente reconocido como base u origen del fundamento de la Kinesiología) y diseñó seminarios prácticos para dar a conocer este nuevo sistema terapéutico. La Kinesiología se desarrolló tanto, que posteriormente se creó el concepto de Kinesiología Especializada.
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