“Hipogravedad”
Al trabajar en tierra, estamos influenciados por una fuerza que hace que tengamos que soportar el peso de nuestro propio cuerpo o de un elemento que adicionemos: la gravedad. En el agua actúan dos fuerzas: la gravedad (que hace que nos hundamos) y la de flotación o empuje (que es contraria a la primera).
Esta hipogravedad del agua, se sustenta en el Principio de Arquímedes,
“Todo cuerpo sumergido en el agua recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del líquido que desaloja”.
Es así como se facilita el movimiento al ingresar a este medio, ya que al recibir este empuje hacia arriba, el peso real disminuye, y por ende, los ejercicios se hacen más fáciles y menos dolorosos.
* Es por esto que podemos hablar de peso aparente (resultado del peso real menos el empuje que le ejerce el agua) y peso real (resultado de la fuerza de la gravedad, sin ningún tipo de fuerza opuesta).
Controlando la altura de inmersión a la que se encuentre el paciente,
controlaremos su peso aparente, ya que a mayor profundidad mayor es el agua
desalojada y mayor el empuje, dándonos el siguiente resultado:
Con inmersión total hay un peso aparente del 3% del peso real.
Con el agua a la altura de la 7ª cervical: 10%
Con el agua a la altura de la apófisis xifoides: 35%
Este dato es especialmente importante, ya que al enfrentarnos, por ejemplo, a una artrosis de rodilla, donde hay gran dolor principalmente por el factor peso, éste debiera disminuir conforme aumentamos el nivel sumergido.
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